Posiblemente te ha sucedido que las cosas que pasan en tu entorno en oportunidades no resultan de tu agrado. Cómo se visten las personas, cómo se comportan, su idioma, costumbres, credos e incluso su manera de pensar. Todo ello se trata de una problemática del ámbito social que se ha desarrollado por esa necesidad que tienen las personas de convivir en el mismo territorio con diversas culturas.

Las creencias arraigadas conducen a las personas a que de alguna forma se sientan dueños de determinados espacios llegando a creer que tienen el derecho de decidir quién puede o no ocupar un espacio de tierra. La historia nos ha demostrado que todos los seres humanos tenemos un componente de sangre producto de la emigración, por lo que las razas que conforman el planeta han poblado todo sus lugares, de esta manera nadie es exclusivo de ninguna parte.

La importancia de la diversidad cultural

Un ejemplo muy sencillo de evolución es el que podemos observar en países donde se respeta y aprecia la diversidad cultural siendo esta la razón por la que son naciones equilibradas, fuertes, y ricas. Hacer lo contrario solo pone de manifiesto un autoataque a nosotros mismos a través de la discriminación. Por lo que la verdadera unidad, no es más que el atesoramiento de la diversidad.

Que otras culturas se encuentren inmersas en la nuestra, nos brinda la oportunidad de estar al tanto de otros conocimientos por lo que estas complementan nuestra verdad. Cuando nos abrimos a otras maneras de ver y comprender la vida, por fin entendemos nuestra realidad. Una sociedad que no trasciende su individualidad está condenada a ser una sociedad enferma donde la flexibilidad sería la clave para alcanzar una adaptación y con ella la inteligencia emocional como una poderosa herramienta.

Atacar a otras personas desde mis prejuicios solo pone en evidencia el rechazo por uno mismo atacando a otros por las carencias propias. La Bioneuroemoción propone la línea advaita en la que hace referencia a que la discriminación sólo trata de hacer ver que el otro no existe, sino que esa discriminación es solo una parte de nosotros que aflora y no sabemos cómo canalizarlo. Siendo esto la razón histórica por la que los pueblos que han colonizado a otros sienten un terror profundo a que lo mismo suceda con ellos y los invadan.

De acuerdo a investigaciones, este tipo de razas discriminatorias prefieren no mantener ningún tipo de relación con otras personas como una manera de autoprotección, con lo que dan paso a lo que tanto temen, siendo esto solo producto del miedo y reflejo del rechazo sin reservas a su identidad.

Estas culturas sólo cavan su tumba social, pues se quedan rezagadas en su estado propio de conciencia por lo que no se atreven a recibir nuevas ideas para activar su evolución, progreso y cambio, sumergiéndose en un estancamiento. La supervivencia sólo está asegurada por la diversidad tanto de factores como de la misma especie y esto se aplica a plantas, animales o personas. Donde se debe tener bien claro que la tolerancia hacia otros solo es muestra del amor que profesamos por nosotros mismos.

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