No se habla mucho de esto lamentablemente, pero el estado emocional de una mujer embarazada cobra especial importancia. El embarazo es una etapa llena de cambios y retos, la futuras madres se enfrentan a un mundo ajeno, más si se trata de las primerizas. Se toma conciencia del peso que cae sobre sus hombros, pero, ¿Qué tanto influyen los estados emocionales de la madre en la gestación del hijo?

Durante años se ha tenido la fiel creencia que el embarazo es solo un periodo de gestación pasiva, donde la mujer solo toma pastillas y se alimenta bien por nueve meses para que él bebe nazca sano. Pero la verdad debe ser otra. La parte emocional no debe ser descuidada. Cada embarazo tiene su propia historia en particular, lo que viven las madres en ese tiempo le afecta de forma directa o indirecta al bebé, en el futuro. Aunque sean fetos, absorben toda esa información, ya sea positiva o negativa.

Las mujeres embarazadas deben hacerse conscientes que dentro llevan otra vida y que empiezan a estimularla desde los primeros días de vida. No importa que aún no tengas tu bebé en brazos, tú ya eres una madre, tú ya tienes el poder de dar vida verdadera y debes pensar como tal.

La importancia del estado emocional

Cada mujer al momento de ser madre vivió una experiencia totalmente distinta a otra, tienen la dicha de tener en su vientre un ser, así como alguna vez todos estuvimos ahí. Por eso debe agradecerse la experiencia y vivirse a plenitud. Se debe procurar que el embarazo se desarrolle en un ambiente emocional concreto, donde la madre pueda moverse de forma activa y que el pequeño pueda sentirlo. La madre siempre debe hablarle al bebé, él la escucha y sabe que está hablando con él y esto lo estimula demasiado, hace que sin saber ni siquiera que es el amor, lo sienta, aun estando dentro de ti.

La alimentación también juega un punto importante pues es un medio de conexión. Ambos van a comer lo mismo, es un momento muy íntimo. Estudios revelan que el niño puede sentir todas las actividades que realiza la madre: sufre su estrés, miedos y prejuicios, siente si esta duerme, si se siente triste, si ríe, si llora… Durante la etapa gestacional de forma inconsciente el niño aprende a relacionarse con el mundo.

Al llegar a consulta muchas personas manifiestan que desde pequeños se sienten reprendidos, tristes, ansiosos, deprimidos y que es algo que no tiene una lógica concreta pues tienen vidas aparentemente felices, pero cuando llega el momento de irse más atrás hasta el fondo y llega la pregunta ¿Qué le sucedía a mamá cuando estaba embarazada de mí? Todo comienza a cobrar sentido.

La conexión emocional

El vínculo de comunicación entre el feto y la madre va más allá de las palabras es una conexión emocional, que hace que el niño sienta todo, puede que este no sepa que está sintiendo de forma directa pues no tiene una conciencia como tal, pero sí sabe que algo está pasando y es el único que puede saber aparte de la madre como ella está viviendo esa situación.

El Dr. Eduard Gratacós es el director de Fetal I+D. Él, responsablemente, asegura que nuestra inteligencia depende en tres tercios de la vida intrauterina. “Los genes son importantes“, repite una y otra vez el profesional. Pero también depende como se desarrolla el embarazo, como la madre lo vive.

La placenta debe verse como una maceta donde va una planta. Si esta no está bien abonada ni se le coloca el agua suficiente, puede que igual nazca, pero no con raíces tan fuertes como se debería. Tampoco dará los frutos que se esperan, simplemente nacerá sin más. Se deben cuidar las condiciones para que esa semilla crezca y dé grandes frutos. El embarazo debe verse así y debe tomarse conciencia sobre acciones, para lograr que la vida que se crea dentro de la mujer crezca fuerte y sana en todos los aspectos.

Nuestros circuitos cerebrales fueron creados bajo la influencia de las hormonas y las emociones que estaban a nuestro alrededor, o sea la madre. Esto es un proceso biológico y evolutivo bastante lógico y natural, por lo que debe ser llevado de forma consciente.

Cuando nace el bebé, la experiencia emocional materna conforma la mitad de la personalidad del individuo.

Sue Gerhardt.

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